“En busca del miedo para avanzar, la no mentalidad asiática”.

Hoy la pandemia nos sigue demostrando que las cosas tienden a mutar, evolucionar, sin límite de tiempo, agregando que nos presionan dos simples razones: la economía y lo social, adicionado por los lamentables cierres de negocios, la pérdida de empleos y los grandes daños en la salud de miles de seres humanos de este mundo; por ello, veamos la dinámica de sobrevivencia de las marcas asiáticas de prestigio, cuales se basan principalmente en la observancia, ya que por el status en el que se desenvuelven son observadas a nivel internacional por los consumidores y vendedores.

Por lo anterior, empresas, pymes o emprendedores asiáticos, precisamente lo que hacen es vender productos ganadores y basan sus estrategias en tres simples líneas: 1) seguridad de sí mismos como buenos vendedores y marcas, 2) productos y servicios de bajo consumo pero de buen perfil, a efecto de no competir con muchos, sino con pocos y 3) dejar muy marcada la diferencia sobre la presentación del propio presentador, busca siempre innovadores canales de contacto personalizado.

Me explico, la seguridad del vendedor permea y da el valor agregado a los productos o servicios a presentar. Siempre habrá competidores, pero también, siempre se debe diseñar su propia estrategia de presentación ante los clientes, los vendedores y medios de comunicación, en todo momento se debe respirar confianza para poder ofrecer o adquirir ofertas.

Un buen vendedor debe saber presentar muy bien sus cosas, los exitosos basan sus movimientos en cinco ejes temáticos básicos a desarrollar que hacen notar a los consumidores: 1) gozar de buenas relaciones públicas, no es un simple vendedor, 2) siempre el adquirir es detonar la posibilidad de inversión, la compra es rentable, 3) siempre denotar que el vendedor o la empresa no recurre a créditos, 4) resaltar en algún momento que la empresa o el vendedor no tiene deudas y 5) destacar el ganar-ganar, al momento de obtener el servicio o producto.

Muchos vendedores viven atados al miedo al fracaso y se llenan de pretextos, miedo a que no hagan lo propio, a que no funcione esa colaboración perfecta que todos buscan, miedo que conlleva a la frustración de esa fórmula de vender-vender; y pues simple, a veces todas las cosas son tan simples, como combatir ese miedo de manera sencilla: denostar y hacer sentir a los clientes – al entorno esa sensación de ser ayudados.

Apoyados y basados en las redes sociales, muchos grandes mercaderes se soportan en estas herramientas tecnológicas para llegar a dos puntos clave actuales de los negocios: ubicar las generaciones de consumo y situar territorialmente el origen de los productos. Así como hay grandes consumidores en el mundo de café colombiano, también lo hay del cubano, del mexicano, es sólo saber encontrar el efecto de localizar los consumidores y edades.

El miedo es una sensación natural, por ello, muchas personas temen a esta emoción derivado de la inseguridad de donde están parados, de donde no sabe a dónde ir. La occidentalización de los negocios cambió la forma de ver las estrategias comerciales, pero hoy el entorno financiero está cambiando y Asia, parece ser la nueva tendencia global.

Ricardo Chang.

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